Ha llegado el momento de haceros
descubrir las excelencias de Ogíjares, pueblo que me ha visto crecer y que ha
sido mi hogar hasta el día de hoy (más bien ayer, pues soy un emigrado más). Cada
terra sigilata descubierta bajo su
tierra sería merecedora de ser recordada pero, movido por la curiosidad, lo que
me trae hoy aquí es mostraros una obra en particular.
Para ello tenemos que remontarnos
al S. XVI, cuando en el barrio bajo de la localidad se erigió la llamada
Iglesia de Santa Ana sobre los primeros restos de otra pequeña Iglesia que
ocupaba el lugar de la antigua mezquita. A mediados del S. XVI era el mudéjar
el estilo arquitectónico elegido en la mayoría de las parroquias. Entre
armaduras, almizates y mocárabes, lo que quiero destacar es que en el muro
testero se realizó un retablo dedicado a Santa Ana fechado en 1567. De dicho
retablo lo que nos interesa es la calle central, donde se desarrolla un pequeño
programa escultórico realizado por Diego de Pesquera. Es aquí dónde echamos
algo en falta. El cuerpo central del
primer piso se encuentra vacío y en su lugar se ha colocado un manifestador
dedicado al Niño Jesús de Pasión.
¿Qué ha pasado con el panel?
¿Estaba deteriorado y se retiró? ¿Diego de Pesquera no terminó de ejecutar el
programa? Nada que ver con ello. Dicho panel está actualmente en la sala 535
del MET. Sí, sí, como leéis. Los avatares del destino han hecho que entre las
salas de aquella inmensa máquina expendedora de cultura llamada
Metropolitan Museum of Art, se encuentre
este conjunto escultórico granadino (o cachurro, gentilicio de Ogíjares).
Diego de Pesquera fue un escultor
que se formó entre las escuelas sevillana y granadina y que sin duda se vió
influído por el gran Diego de Siloé una vez establecido en Granada, sobre todo
después de trabajar a su lado en la Catedral de Granada durante los años 1563 y
1571. Se conserva el grupo de Santa Ana, La Virgen y El Niño realizado por
Pesquera para la Catedral del cual destaco el rostro de la Santa (imagen en
blanco y negro) muy similar al de la obra cachurra (imagen a color). Ojos
profundos, barbilla prominente, amplios surcos faciales y pómulos muy marcados.
Con referencia al panel completo,
iconográficamente se representa a la Sagrada Familia con San Joaquín y Santa
Ana, Santa a cuya advocación se dedica el templo. El rostro ajado de Santa Ana
se contrarresta con la pureza y claridad del de la Virgen. La composición del
relieve es bastante clásica ya que las figuras se corresponden de forma
simétrica exceptuando al Niño Jesús que acerca su mano a la de San Joaquín,
punto central de la obra. Por las dimensiones de Cristo niño y dicha
configuración podríamos pensar que Diego de Pesquera estaba al tanto de los
trabajos realizados en Italia durante esas décadas o como citan algunas
fuentes, que pudo formarse en suelo italiano. El acabado consiste en una
combinación de policromía y estofado (pan de oro). Me llama la atención el
segundo plano de San José, que con su tímido gesto demuestra que las medidas contrarreformistas
que daban una importancia mayor a la figura del padre de Cristo, aún no habían
surtido efecto en la periferia. A la derecha tenéis el panel.
Recientemente he enviado un email
al MET consultando si pueden facilitarme información de cómo llegó dicho panel
a su colección, ya que lo máximo que he averiguado es que permaneció en
Ogíjares hasta 1881, fecha en la cual fue comprado por un particular. Fue en 1944
cuando una tal Helen Hay Whitney cedió la obra al Museo. Averiguaré más sobre
ello cuando baje a tierras hispanas o si sus majestades los conservadores
yanquis tienen la bondad de contestar a este pobre historiadorcito.
Para ir finalizando, he
descubierto a través de la página web del MET la “sala” donde este panel está
expuesto. Se encuentra en un pasillo que conecta el primer y el segundo piso.
Pienso en el relieve distorsionado, una obra de arte de la imaginería
renacentista local, perdido entre Courbets y Bassanos, coincidencia casual del
que busca un Gudea de Lagash, ignorado y descontextualizado. Me pregunto sí
alguien repararía en él si siguiese en su lugar de origen, en mi pueblo, en el
retablo para el que fue esculpido. Supongo que no. Y es que si tú eres una obra
de arte y has trabajado en Nueva York, no es lo mismo que haber estado en
Ogíjares colgada durante toda tu vida… ¿No funciona así lo del éxito laboral?
Cuentan las gentes del pueblo que un cura lo vendió para pintar la iglesia, o algo así
ResponderEliminarHabrá que enterarse!
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