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domingo, 27 de octubre de 2013

Justicia Artística

  Últimamente, por diferentes redes sociales asisto a variopintas publicaciones de pseudohistoriadores del arte que parecen haber sufrido un ataque de síndrome de Stendhal  debido al alucinante descubrimiento de unos retratos realizados por Chan Hwee Chong. "Esto es arte con mayúsculas", "Insuperable", "Asiático tenía que ser". Desconozco la trayectoria de este artista y en ningún sentido pretendo desprestigiar su obra pero ya es hora de poner las cosas en su lugar, sobre todo para aquellos que alardean de su hallazgo cultureta. En primer lugar me parece importante comentar que estos retratos están realizados para promocionar los productos de la empresa Faber-Castell y demostrar la calidad de sus bolígrafos y rotuladores. Para ello ha realizado tres retratos: La joven de la Perla (Vermeer), Autorretrato (Van Gogh) y La Gioconda (Leonardo Da Vinci) a través de una técnica formidable. Partiendo de un punto central va construyendo la imagen mediante una espiral que juega con ciertos desvíos y presiones, crea sombras, formas y profundidades hasta construir una reproducción fidedigna del retrato original. A continuación os presento algunas imágenes de lo descrito:




 ¿Increíble verdad? El mérito es extraordinario. No es difícil encontrar vídeos donde se reproduce a alta velocidad la creación "in situ" de la obra. Estos retratos se han realizado en el 2011. Aunque la informática nunca ha sido mi fuerte supongo que existirán decenas de programas que faciliten la creación de este tipo de obras (puntos de referencia, reproducciones informáticas, etc.) y es posible que hayan sido usados en esta ocasión. 

    Pues bien, llegados a este punto es el momento de presentaros al artista que desde mi humilde opinión supera a Hwee Chong. Se trata de un artista francés llamado Claude Mellan. De este grabador y pintor especialista en retratos se conserva en el Museo de Arte de Milwaukee una representación de la Santa Faz de Cristo llamada El Santo Sudario o El Sudario de Santa Verórica:




    La técnica de ejecución es similar a la realizada por Hwee Chong pero el grado de perfeccionamiento y delicadeza es mayor. El cuidado y precisión de la espiral que comienza en la nariz es tal que en una imagen lejana de todo el conjunto apenas se aprecia la linea que la compone. Desde su origen, la linea se adapta "se deforma", y mutila la lógica evolución circular para dibujar un contorno heterogéneo e hipnótico. Aquí tenéis un detalle de su punto inicial:


    Podríamos pensar que Mellan simplemente se esforzó más en conseguir su objetivo y que Hwee Chong sólo estaba ilustrando la calidad de un producto comercial actual, pero si atendemos a la fecha de creación de la obra del artista francés, grabado en plancha en 1649 e impreso por primera vez alrededor de 1720, descubriremos el abismo de calidad entre ambos artistas. Admitimos las diferentes naturalezas de las obras, su función dispar y el salto temporal que las separa transformándolas en productos casi antagónicos, pero nadie podrá negar que la tecnología con la que contaba Claude Mellan no puede hacer frente a las posibles técnicas actuales utilizadas por el artista chino. Con esto no pretendo desprestigiar la labor de Hwee Chong, sino poner en su lugar a los intrusos que alardean de ser entendidos. En la red hay imágenes de ambos artistas. El que lo desee puede comprobar que esto que defiendo es cierto. ¿Curioso verdad? Por una vez un asiático no ha sido el mejor. "Nihil novum sub sole". He dicho.

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